jueves, 2 de septiembre de 2010

Non-stop weekend

Parecía que el fin de semana sería como otro cualquiera, alguna salidita nocturna, unas horas de sueno más de lo habitual y algunos quehaceres domésticos abandonados a lo largo de la semana. Pero el viernes pasado me sorprendían con que el lunes era festivo, es decir, day off como suelen decir por aquí. Mi fin de semana ya no duraría dos días sino tres. 
Sábado, 14h, yo sigo durmiendo. 19h...toca salida nocturna, habrá que empezar. La noche no pintaba bien, bajas de última hora, algunos contratiempos y al final, dos rubias sumergidas en la noche londinense. El resultado: surrealismo en estado puro. Y es que, quién nos iba a decir esa noche que seríamos sorprendidas por un madrileño y un granadino hablándonos con su mejor acento inglés, conoceríamos a la versión londinense de High School Musical, las relaciones internacionales se convertirían en el centro de la noche y de camino a casa nos encontraríamos con las combinaciones de nacionalidades más extrañas. En el autobús de vuelta nuestro inconfundible acento nos delataba como españolas (o al menos eso nos dijo un medio italiano medio venezolano que intentaba hablar catalán como su compañero de juerga) A la conversación se sumarian después una versión un tanto peculiar de los Dragostea din tei. Pero ya de camino a casa, cuando creíamos que ya no podía pasar nada más, nos sorprenden unos gritos desde la acera de en frente. Un californiano y un vasco nos invitan a una fiesta que termina con un conciertazo de guitarra por parte del californiano. Desde luego pasar, no nos podía pasar nada más, estábamos a tan sólo 5 minutos de nuestra casa, pero lo que no podíamos imaginar es que (y perdón por lo que voy a decir) aún nos faltaba por ver una mierda pinchada en un palo (sí, literal, demasiado desagradable para subir la foto). Como decía, totalmente surrealista.
El domingo, no decepcionaría. Una cenita entre amigos que acabaría con una liada monumental para salir de fiesta hasta las 8 de la mañana (y mira que aquí en Londres la fiesta empieza pronto). 4 horitas de sueño y al Carnaval de Nothing Hill. A los supervivientes y afortunados NO trabajadores, aún nos quedaba energía para algú  bailoteo más en las calles abarrotadas del tranquilo barrio de Nothing Hill e incluso, para una sesión de yoga en Hyde Park.
Resultado del fin de semana: pocas horas de sueño, aún más quehaceres pendientes y una nevera que aún espera la  compra del supermercado de la semana.

2 comentarios:

Paula dijo...

Pero que bien vives jodía!!! yo de mayor quiero ser como tu!

Lorena Ferrer dijo...

jajajaj paulita mia se hace lo que se puede, la verdad es que ha sido un gran finde, este a descansar que no queda money!! jaja