Aunque digo que vuelvo, realmente no me había ido, seguía aquí, al otro lado de la pantalla solo que el ordenador ha sido durante estos días, un objeto de decoración más en mi habitación ocupada no por mi, sino por mi padre. Pero tras unos días de intensa locura, de mañanas y tardes familiares pero noches de auténtico desenfreno, parece que la normalidad vuelve a su cauce.
Las fallas han llegado a su fin, las calles recuperan su aspecto habitual y mientras los visitantes abandonan la ciudad, los valencianos recuperan poco a poco la paz. Podría contar cada anécdota, cada salidilla de "tranquis" pero escribiría y escribiría y nunca terminaría por eso, simplemente me limito a resumirlo en dos palabras: impresionante e irrepetible.
En cuanto a mi familia, he disfrutado por unos días de su compañía, tenía ganas de verlos y de estar con ellos y lo he conseguido.
Por tanto después de tantas horas sin dormir, de tantas noches de fiesta y de tantas caminatas por la ciudad vestida de fallas me toca descansar.
Ahora me encuentro de vuelta a la normalidad.
1 comentario:
Pues ya tenía ganas¡¡¡¡ jejeje
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