En busca del paraíso

Silencio. De fondo, el ruido de las olas acercándose hasta la blanca arena de la orilla ahora ligeramente oscurecida por el paso del mar que entra y sale como un niño indeciso que se aproxima a lo desconocido. Pisadas en el suelo que reflejan el lugar por el que, en algún momento alguien pasó dejando su huella que se consume por momentos. A lo lejos, nada, solo kilómetros y kilómetros de un mar azul y trasparente que desvela los secretos mejor guardados de las profundidades marinas.

Mi mirada se pierde a lo lejos, buscando algo pero sin saber a ciencia cierta el qué, tal vez buscándote a ti, esperando que salgas del fondo del mar está totalmente calmado pero no se ve nada ni nadie en los alrededores. Solo silencio.

Tumbada en la humeda arena, cierro los ojos y me dejo llevar por la ligera brisa que corre mientras los rayos de sol acarician la piel de mi cuerpo que comienza a coger un bonito tono tostado. Oigo las hojas de los pocos árboles silbar, nada más, el resto, solo silencio.

Pero abro los ojos y ese paisaje ha desaparecido ahora solo veo el blanco techo de mi habitación, la blanca arena no es más que la sábana de mi cama y el horizonte está limitado por la puerta cerrada de mi dormitorio. ¿Dónde está ese paraíso? Tendré que seguir buscando, por lo menos ahora ya sé que no está contigo.